martes, 26 de agosto de 2014

¡Me juego el pellejo a que tengo lepra!

Mycobacterium leprae
La lepra es una enfermedad ya conocida desde los tiempos bíblicos. Esta enfermedad está causada por el bacilo Mycobacterium leprae y afecta principalmente a la piel, a los nervios periféricos, a los ojos y a las mucosas de la vías respiratorias altas.

-Causas
Pese al mito que acompaña a la lepra, es una enfermedad curable y muy poco contagiosa, a pesar de estar muy lejos de ser erradicada, de hecho en el 2013 se registraron 219.000 casos de lepra en el mundo.

La lepra es una enfermedad de muy difícil contagio, ya que la mayoría de las personas poseen una resistencia natural a la bacteria (se estima que más de un 90% de la población), por lo que aunque se encuentren expuestos a este agente patógeno, pueden coger la infección y no padecer la enfermedad, gracias a que su sistema inmunitario impide que se desarrolle. 

El contagio se produce entre un enfermo con posibilidad de transmitir la enfermedad (ya que no todos los que padecen lepra eliminan bacilos fuera de su organismo, cosa que se elimina al administrar medicación) y una persona sana que pueda contraer la enfermedad.

Es decir, que debe conjugarse un enfermo que actúe como agente infeccioso y otra persona sana con una predisposición especial, durante un período de varios años, para que suceda el contagio.
-Síntomas
El periodo de incubación de la lepra es muy lento, de modo que los afectados pueden no padecer los síntomas durante años (de cuatro a diez años, incluso). Esto hace más difícil el diagnóstico precoz de la enfermedad, que es vital para disminuir el riesgo de deformidades y la discapacidad de los pacientes.

Pérdida de miembros
Los síntomas abarcan:
  • Lesiones cutáneas, que son más claras que el color natural de la piel
  • Debilidad muscular
  • Ausencia de sensibilidad en brazos, manos, pies y piernas (Se pierde la capacidad de percibir dolor, frío o calor)
Ausencia del cartílago nasal
Con el avance de la enfermedad, los miembros se deforman, las mucosas de boca y nariz se destruyen, se pierde el vello corporal y los dientes, y los rasgos faciales se transforman a causa de las úlceras en la piel y de la hinchazón de la nariz y la boca.

Existen dos formas:
  • Lepra lepromatosa: es la forma más grave de lepra y surge en caso de falta de respuesta inmunitaria. Produce grandes protuberancias e hinchazones (nódulos). También existe destrucción en los tejidos, como el cartílago nasal y las orejas, y caída del vello de las cejas.
  • Nódulos en la piel
  • Lepra tuberculoide: se da cuando hay respuesta inmunitaria. Se caracteriza por producir grandes manchas.
Manchas en la piel
-Tratamiento
Los antibióticos pueden frenar el avance de la lepra, e incluso curarla aunque, dependiendo de la gravedad de la infección, muchos pacientes tienen que medicarse de por vida para evitar recaídas.

Muchos antibióticos diferentes (como dapsona, rifampina, clofazamina, fluoroquinolonas, macrólidos y minociclina) se utilizan para destruir las bacterias que causan la enfermedad. A menudo se administra más de un antibiótico a la vez.

El ácido acetilsalicílico (aspirin), la prednisona o la talidomida se utilizan para controlar la inflamación.
-Diagnóstico
El diagnóstico de la lepra se basa en la observación de las erupciones cutáneas características de esta enfermedad: manchas blanquecinas y carentes de sensibilidad al tacto, al dolor, al frío y al calor. 

Tomar una muestra de la piel afectada (biopsia) para analizarla con el microscopio permite confirmar el diagnóstico y establecer el tipo de lepra.


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