martes, 27 de enero de 2015

He OÍDO por ahí que esta entrada te va a gustar

El oído es el último sentido que se pierde al morir. Eso no lo sabias, ¿eh? Pues si, pues este órgano es de los más desarrollados en los animales, y es el encargado de la audición y del equilibrio.

El oído se divide en tres partes: oído externo, medio e interno. Para hacerlo más sencillo, vamos a explicar la estructura del oído de cada parte.

-Oído externo
Está formado por el pabellón auditivo y el conducto auditivo externo.

Partes del oído externo
Oído externo
El pabellón auditivo es lo que nosotros conocemos como oreja, y está formado principalmente por cartílago. Este tiene forma de embudo para facilitar el paso de las ondas sonoras.

El conducto auditivo externo se extiende desde el pabellón auditivo hasta el tímpano. Este conducto tiene una longitud de 2,5 cm y tiene glándulas ceruminosas, que son una especie de glándulas sudoríparas,  encargadas de segregar cerumen para proteger al conducto de agentes extraños, como el polvo, agentes parásitos, virus o bacterias. Al final del conducto se encuentra el tímpano, que es una fina membrana, que comunica el oído externo con el oído medio.



-Oído medio
Partes del oído medio
Oído medio
Tras el tímpano, hay una cadena de huesecillos, el martillo, el yunque y el estribo. Estos huesos articulados, son los más pequeños del cuerpo humano, y relacionan al tímpano con la ventana oval. Aquí es donde termina el oído medio.

Entre medias, está la trompa de Eustaquio, que comunica el oído medio con la parte posterior de la boca, y se encarga de igualar la presión a cada lado del tímpano. ¿Nunca te ha pasado que al ascender en un avión te dolían los oídos al principio, y luego ya no? Esto es porque en un principio la presión era menor en el oído externo, hasta que la trompa de Eustaquio iguala las presiones. Al masticar chicles o soplar con la nariz tapada, abrimos la trompa de Esustaqui, igualamos las presiones, y por eso nos deja de doler.

-Oído interno
Está formado por una serie de conductos que en su conjunto reciben el nombre de laberinto


Partes del oído interno
Oído interno
Los canales semicirculares son tres tubitos arqueados en semicírculos, implantados en el vestíbulo y situados en tres planos rectangulares, según las tres dimensiones del espacio. Los canales semicirculares nos dan la noción del espacio y, por lo tanto, contribuyen al mantenimiento del equilibrio de la cabeza y del cuerpo.
La cóclea es la parte del oído externo que se encarga de la audición. Este se divide en tres conductos: dos conductos externo, la perilinfa, y el conducto medio, la endolinfa. El suelo de la endolinfa, denominado membrana basilar, alberga los receptores auditivos, una capa de células ciliadas (terminaciones sensoriales nerviosas) que se comunican con el nervio auditivo y son capaces de detectar las vibraciones en la endolinfa.

-¿Cómo oímos?
Al hablar, producimos unas ondas sonoras que se transmiten por la vibración del aire. Estas ondas sonoras entran en el pabellón auditivo, y pasan al conducto auditivo externo, que funciona como una caja de resonancia, amplificando sonidos muy débiles. La acción del sonido hace vibrar el tímpano y la cadena de huesecillos se mueve, amplificando y transmitiendo las ondas a la ventana oval. Cuando el estribo hace que la ventana oval vibre, la vibración es transmitida a la perilinfa de la cóclea y se extiende a la endolinfa. La vibración de la endolinfa, al mover la capa de células ciliadas de la membrana basiliar, estimula los receptores auditivos.

Estos receptores transforman las vibraciones en impulsos eléctricos, que son conducidos por el nervio auditivo hasta el cerebro, donde se produce la sensación del sonido.

-El equilibrio
En el laberinto del oído interno, junto a la cóclea, se encuentran los canales semicirculares y dos saquitos, el utrículo y el sáculo. Estos órganos están relacionados con el sentido del del equilibrio.

El utrículo y el sáculo son pequeñas bolsas huecas revestidas de células ciliadas sensitivas. Contienen pequeñas piedras llamadas otolitos. Según la posición y movimientos de los otolitos, las células se estimulan y envían estas señales al cerebro que percibe los cambios en la posición del cuerpo: la rapidez, la aceleración y la deceleración.

Canales semicirculares y cóclea
Canales semicirculares y cóclea
Los canales semicirculares son conductos curvos orientados en cada plano del espacio. Al final de cada canal hay una dilatación o saco denominado ampolla. Todos estos sacos y conductos están llenos de endolinfa. La ampolla contiene células ciliadas sensoriales que se estimulan por el movimiento de la endolinfa que rodea.
Cuando la cabeza se inclina, el líquido de uno o más canales presiona estas células, transformando las vibraciones en impulsos eléctricos nerviosos que son conducidos por el nervio auditivo hasta el cerebro, donde se realiza la estimación de la dirección del movimiento.

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